12.19.2010

recuerdo, tal vez

el desierto no es del todo malo. es decir, qué es bueno o qué no. un simple territorio lleno de arena bajo la resplandeciente luz de dos soles. el hecho es que se convierte en un "amado espacio de revelaciones", o más bien, en una inmensa y desolada pantalla de emociones y recuerdos. mágicamente, la inmensidad aleatoria del desierto me transmite a otros tiempos, tiempos en que era un Clon en formación. habíamos terminado el entrenamiento, aprendimos todas las técnicas militares posibles, incursión en el desierto, asalto a bases enemigas en todo tipo de terrenos: selva, bosque, nieve, roca, planetas desolados, ciudades del mañana, todo. estrategias de camuflaje, de supervivencia, de mnemotectnia, cartomancia cosmética y retórica. aprendimos a guiarnos con base en el viento, en el rumbo de las estrellas, en el rumbo de los aullidos de los animales, supimos todas las posiciones de ataque, cómo neutralizar los ácidos, cómo crear plata, cómo detener un ataque de androides, aprendimos todo y muchas cosas que... y nos graduamos, éramos todos mis otros yo a la expectativa de las fabulosas misiones que nos depararían, yo soñaba con todo: liderar los más grandes ataques, conquistar las más grandes aventuras, ser una figura respetable, subir rápidamente de rango, llegar a enseñarle todo lo que aprendí a otros clones. ese día terminamos nuestra formación, salimos a buscar la gloria. ¿y qué? aquí estoy. en el desierto. sin nada que hacer. vacío. vaciado. esperando que algo suceda. nunca me programaron para este letargo. en esta nada inmensa. como si de algo me hubiera servido ser todo lo que una vez fui. desértico.

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